En un bar ruso en estonia, bailando música brasileña, con nuevos amigos de España, de Austria y de Finlandia. Al llegar al hotel recibo por e-mail una invitación de un matemático israelí para venir a trabajar un tiempo a Estados Unidos.
Y acá estamos. Y esto somos.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
3 comments:
nada más y nada menos!
No es poca cosa, muchacho. No lo es.
También envidio a tus viejos en Ushuaia. Yo estoy lejos extrañando un poco.
las infinitas relaciones de lugares y personas.
Post a Comment