El letargo del invierno fulminado precozmente. Día tras día sin una nube en el horizonte, el mundo que llega a entibiarse, un poco, en las tardes del norte. Los cafés sacaron las mesitas a la calle y las mesitas están llenas de gente en Esplanadi, aunque a la mañana todavía hace frío y hay bufandas colgadas por todas partes. La gente habla mucho más y todos dicen: aurinko paistaa (algo así como "hay sol", aunque literalmente sería "el sol fríe"). Por unos instantes quisiéramos olvidar que este veranito se lo debemos al calentamiento global y que en unos años estaremos todos bajo el agua, pero cuando aurinko paistaa no hay en unos años, hay ahora y caminar sonrientes hasta Senaatintori y ver las escalinatas llenas de gente y subir corriendo hasta la catedral, solo porque sí, porque el día es más largo cada día y yo, que me creía inmune a los vaivenes emocionales de las estaciones, también estoy despertando a la vida, y no es solo una coincidencia.
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